Patxi se inició en el mundo de la hostelería en 1988, a partir de ahí fue moldeando su personal estilo gastronómico en los diferentes locales en los que estuvo trabajando.

Es la importancia del producto lo que aporta esa personalidad única a la cocina que Patxi diseña, ya que su búsqueda de ingredientes naturales, sanos y sostenibles no tiene fin.

Irena se inició en el mundo de la hostelería en la barra del bar El Mesonico. Desde el principio, todos sus compañeros y jefes la han visto como una trabajadora incansable, apasionada del buen hacer, del orden y la disciplina.

En el año 2008 se sumerge por completo en el mundo de la cocina y tiene la oportunidad de desarrollar sus virtudes culinarias, aplicándolas en cada plato y en cada bocado de cocina en miniaturai.

Imanol crece entre fogones y pucheros, platos y vasos. Desde pequeño, ayudaba con pequeñas, pero muy apreciadas tareas. Acompañaba a Irena en la cocina limpiando gambas, fregando, o lo que se terciase que hiciera falta; pero lo que más le gustaba era meter su pequeña nariz en todas partes curioseando, y preguntar la utilidad de cada uno de los utensilios que encontraba a su paso, tanto en la cocina, como en el bar.

Con 18 años descubre que, más allá de la cocina, existe un mundo por explorar que le apasiona, ya que le encanta ver cómo los clientes se encuentran a gusto, y sentir que aprecian su apoyo y sus consejos.