Querido Y Maldito Bar Que La Vida Me Quitas La Vida Me Das
Pocos sitios hay donde se comparte y se disfruta tanto como en nuestros queridos bares, esos lugares «casi santos casi diablos«.
Parroquias sagradas con normas no escritas que todo el mundo conoce y que hacen para el alma, las veces de iglesia-confesionario, piedras angulares del funcionamiento de las relaciones humanas.
Fuente de inspiración para guionistas, escritores, artistas y compositores. Oficinas y salas de reuniones improvisadas en las que se arregla el mundo con eficacia.
Puntos de encuentro de amigos, amantes, familia, compañeros, e incluso de aquellos que, sin querer encontrarse se despiden con un “nos vemos en los bares”. En sus paredes esconden en silencio parte de la historia, cuentos casi secretos, amores y desamores.
Esos lugares protectores en donde siempre conseguirás que alguien te escuche. Esos mayordomos que atienden, agasajan, escuchan. Esa sonrisa, esa mirada cómplice. Los que, sin que muchos se den cuenta, hacen que estos santos-diablos lugares tengan vida propia. Ellos tocan la música mientras todas las almas bailan, algunas con risas otras con pena.
Aquí os dejo varias canciones dedicadas a estos lugares. De todas ellas hay una que es mi favorita; «LA TABERNA DEL BUDA»